Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

II Crónicas 18, 17-34

17 El rey de Israel dijo a Josafat: «¿No te dije que nunca me anuncia
el bien sino el mal?»

18 Miqueas entonces dijo: «Escuchad, pues, la palabra de Yahveh: He
visto a Yahveh sentado en su trono, y todo el ejército de los cielos estaba a
su derecha y a su izquierda.

19 Preguntó Yahveh: “¿Quién engañará a Ajab, rey de Israel, para que
suba y caiga en Ramot de Galaad?” Y el uno decía una cosa y el otro otra.

20 Entonces se adelantó el Espíritu, se puso ante Yahveh y dijo: “Yo
le engañaré” Le preguntó Yahveh: “¿De qué modo?”

21 Respondió: “Iré y me haré espíritu de mentira en la boca de todos
sus profetas.” Y Yahveh dijo: “Tú conseguirás engañarle. Vete y hazlo así”

22 Ahora, pues, Yahveh ha puesto un espíritu de mentira en la boca de
todos estos profetas tuyos, pues Yahveh ha predicho el mal contra ti.»

23 Se acercó entonces Sedecías, hijo de Kenaaná, y dio una bofetada a
Miqueas en la mejilla, diciendo: «¿Por qué camino se ha ido de mí
el
espíritu de Yahveh para hablarte a ti?».

24 Miqueas replicó: «Tú mismo lo verás el día en que vayas
escondiéndote de aposento en aposento.»

25 El rey de Israel dijo: «Prended a Miqueas y llevádselo a Amón,
gobernador de la ciudad, y a Joás, hijo del rey;

26 y les diréis: “Así habla el rey: Meted a éste en la cárcel y
racionadle el pan y el agua hasta que yo vuelva victorioso.”»

27 Miqueas dijo: «Si es que vuelves victorioso, no ha hablado Yahveh
por mí.»

28 El rey de Israel y Josafat, rey de Judá, subieron contra Ramot de
Galaad.

29 El rey de Israel dijo a Josafat: «Yo voy a disfrazarme para entrar en
combate, mientras que tú te pondrás tus vestidos.» El rey de Israel
se
disfrazó, y así entraron en la batalla.

30 Ahora bien, el rey de Aram había ordenado a los jefes de sus
carros: «No ataquéis ni a chicos ni a grandes, sino tan sólo al rey de Israel.»
31 Cuando los jefes de los carros vieron a Josafat, dijeron: «Seguro

que es el rey de Israel», y le rodearon para cargar sobre él. Pero
Josafat
gritó y Yahveh le socorrió, alejándolos Dios de él.

32 Viendo los jefes de los carros que no era el rey de Israel, se
apartaron de él.

33 Entonces un hombre disparó su arco al azar e hirió al rey de Israel
por entre las placas de la coraza; el rey dijo al auriga: «Da la
vuelta y
sácame de la batalla, porque me siento mal.»

34 Pero arreció aquel día la batalla, y el rey de Israel fue sostenido en
pie en su carro frente a los arameos hasta la tarde; y a la caída del sol
murió.